A finales de Septiembre de 2008 hice un "minitour" por el sur de Castilla y León, como siempre acompañado por mi novia. La verdad es que es un viaje del que me enorgullezco, ya que creo que salió muy bien. Este viaje empezó el 27 de Septiembre, y duró hasta el 1 de Octubre (5 días).
El día 27 yo tenía clase y mi novia trabajaba, por lo que únicamente tuvimos tiempo para ir desde nuestra localidad a Villalba de Guadarrama, en la sierra de Madrid, donde vive un familiar de mi novia, cuya casa empleamos como "base de operaciones".
Desde allí salimos el día 28 de Septiembre en renfe hacia Segovia.
Cogimos un tren que salía de Villalba muy pronto, para poder aprovechar todo el día. En la estación de renfe de Segovia nos debería haber estado esperando nuestro "anfitrión", uno de los jugadores de Ogame de los que he hablado antes, aunque se quedó dormido y le tuvimos que esperar nosotros a él. Ya en su compañía, nos dirigimos hacia el Acueducto (cómo no), y nos sorprendimos cuando quiso coger un autobús para ir a la Catedral. Yo ya había estado en la ciudad, y sabía que estaba a apenas quince minutos andando. Al final le convencimos para ir andando. Al ir desde la plaza del Acueducto hacia la de la Catedral se encuentra una pequeña plazoletilla con un curioso cartel:

Hay que conocerla para darse cuenta. De hecho, el propio segoviano desconocía su existencia. Está al lado de uno de los restaurantes más conocidos de Segovia, en el que la especialidad es el cochinillo, como no podía ser de otra forma. Aunque sinceramente no lo he probado. También en la misma calle hay varios edificios con fachadas impresionantes, y una pequeña iglesia que merece la pena conocer (la iglesia de San Martín).
Una vez llegamos a la plaza de la Catedral pudimos admirar el imponente edificio religioso, para mí el lugar más bonito de Segovia.

Fuimos a comer a un buffet libre chino, de lo que mi novia se alegró tremendamente. La tarde fue mucho más tranquila. Habiendo visto ya los principales lugares turísticos de Segovia, poco más nos quedaba por ver, así que fuimos a casa de nuestro anfitrión a reposar la comida. Ya por la tarde, fuimos a dar un paseo por las calles segovianas, y finalmente volvimos (de nuevo en renfe) a Villalba, donde hicimos noche.
Y el viaje siguió, pero eso ya es cosa de otra entrada...